Algunas personas piensan que en estos momentos estamos en ese movimiento de alejamiento que tiene un péndulo respecto de su anterior situación. Hablamos de que respecto a la dislexia se está dando un efecto pendular, que las cuestiones que interesaron a profesionales de distintos ámbitos en los pasados años ya no interesan tanto.
Quizá sea así pero recordemos que el movimiento pendular es periódico, y que desde nuestra actitud particular, desde nuestras respectivas asociaciones y federación, debemos de aunar esfuerzos, y rabia... para que este movimiento de péndulo tome carrerilla de nuevo. Quizá debamos ponernos en pie y parar el péndulo.
En la Universidad, la dislexia ya no interesa tanto y todos los esfuerzo se centran en otros problemas de aprendizaje en los que los resultados que se investigan, son incluso más atractivos. No obstante es en la Universidad donde aún podemos mirar con esperanza.
Nuestros niños, y nosotros mismos no nos merecemos caer en el movimiento pendular, somos personas con unas necesidades de aprendizaje específicas, y lo más importante, viables, y debemos de exigir estar presentes en la sociedad al igual que lo están las personas normolectoras.
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