La dislexia, además del problema de no leer adecuadamente, ni de escribir con corrección, y utilizar una caligrafía pésima, es más cosas... pero parece ser que nos olvidamos de esas más cosas con mucha facilidad.
Como ya hemos dicho aquí y en algún otro lado, una persona con dislexia tiene una muy baja autoestima. Cuestión que se repite en muchos individuos, al igual que una memoria a corto plazo bastante cuestionable.
Aspectos como estos, me refiero más concretamente a la baja autoestima, son verdaderamente importantes para el individuo, para su desarrollo como ser humano que ha de vivir en sociedad.
Recuerdo de niño que paseando cerca de donde jugaban otros niños algo más mayores, se les escapó la pelota y fué a parar donde yo estaba.
Intenté chutar a la pelota pero con tal mal tino que no le di. El chaval que se acercaba me dijo: "...no te preocupes, eso le pasa a cualquiera". A lo que yo contesté: "si, sobre todo a mí".
Simpre odié este momento que vengo arrastrando desde entonces, "si, sobre todo a mí", y hoy, a modo de confesión lo cuento en mi Blog. Lo recuerdo con cierta, amargura creo yo, ya que podía incluso haberme callado pero no, dije lo que dije y me sento fatal.
En mi niñez tuve mucha suerte ya que me sentí un niño querido en mi casa, pese a los problemas "normales" generacionales unos, y no tanto los otros, que se daban en casi todas las casas de los años 60. La cuestión es que si además de ser algo patoso, eres algo gordito, y además llevas los pantalones arreglados por tu madre, los de la época, y además de los ademases no caes bien a ciertos compañeros más dinámicos que tú, lo puedes pasar muy mal, y para esto no existen ni las notas aprobadas, ni los profesores de apoyo, ni el ministerio de lo que sea.
¿Qué es más importante un cinco en matemáticas o sentirte feliz? Ojo con tu respuesta...
*Nota: El niño con cara de bobo no soy yo, aunque bien pudiera serlo. Se trata del recorte de una imagen tomada de Internet de aquellos "maravillosos años 60"
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