lunes, 1 de septiembre de 2008

Semana de recuperación.

Una pequeña historia sobre la dislexia:

Durante todo el verano hemos estudiado, repasado, y hecho los deberes, ahora toca el examen.

Por si las moscas, en lugar de llorar después hemos llorado antes, me explico.

De los disléxicos, mucha gente piensa que son personas de esas que cuando llegan a casa tiran la mochila y adiós muy buenas... pero no es así, ya se encargan los papás de estar a nuestro lado dando ánimos y elevando nuestra autoestima, sólo falta que los deberes los hagan ellos. Y no hace falta que os cuente las horas y horas pasadas frente a un papel para al final no recordar que la palabra cabar es con 'b'. ¿O es con 'v'...? Luego lo miro...

Bueno, pues nos hemos dicho, hoy lo haremos de otro modo. Hemos ido al insti y hemos dicho, mira esta ha sido la programación de todo el verano, estos han sido los objetivos marcados, los conseguidos y los otros también, estas son las horas día a día que hemos estudiado incluso sábado y domingo, y aquí están los resultados obtenidos, ejercicios y exámenes parciales que nos han ido poniendo.

Sólo por eso tendríamos que estar ya aprobados.

Pero bien, pasaremos los nervios que haga falta pasar, nos angustiaremos hasta la saciedad y haremos el examen sabiendo que pese a todo, lo más probable es que nos bloqueemos y la palmemos. Eso si, por esfuerzo que no sea...

P.D.: Uno de los trabajos ha sido leer un libro... me ha gustado mucho pero; me ha costado más.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ayer y hoy estuve estudiando con mi hijo a la Grecia antigua. Yo, que tengo 46, no me acordaba de nada pero me pareció interesante. A mi hijo (de 13 añitos y disléxico)parecian interesarle más las moscas del techo que lo que yo le leía.
En estos momentos está dando el examen.
Una pregunta: la cara de aburrimiento que ponen es aburrimiento?
Cómo hago para que le interezcan las cosas?
Cómo puede un disléxico mantener un blog?
Quisiera entrar en sus mentes para ver cómo se ve el mundo desde esa perspectiva

Manuel, esbama dijo...

Puede darte miedo meterte en la mente de cualquier otra persona, sobre todo una persona con dislexia. No es broma, el aburimiento es más que aburrimiento, hasta extremos, no se si decir... patológicos, y en ocasiones angustia.

Lo de mantener un Blog, pues mira, por los hijos hacemos muchas cosas que no nos planteamos de normal y pese a que tenemos muchas carencias, no solemos quedar por debajo de una inteligencia normal, con lo que, y debido a esto, en ocasiones se agrava el problema.

No creas, no obstante, que la vida de un dislexico es muy diferente de la de un normolector, tenemos el mismo miedo, el mismo frío y sentimos el mismo dolor. Quizá sea una cuestión de matices, grandes y pequeños matices pero no somos tan diferentes.

Prueba a no hacer de profe, haz de madre. Y la pedagogía para quien la entienda...

Mujer, yo también intento hacer de profe pero mediante mucho teatro.

Anónimo dijo...

Desde hace tres años que no pisa a la psicopedagoga, dice que los "odia a todos". Boicoteaba las sesiones.
Hoy hablé con él seriamente.
Le dije que era para aprender a aprender, que el es muy inteligente pero que el sistema de está diseñado para otra forma de enseñar y aprender.
Que solo lo iba a mandar si él estaba de acuerdo y estaba dispuesto a aprovechar las sesiones.
Me discutió, se quedó pensando.Veré que pasa mañana.

Lo de "meterme en la mente" es para comprender.
Yo "devoro" a los libros, me fascinan, a todo lo escrito....
Por eso a veces parece que hablamos idiomas distintos