Me ha costado poner este título. No nos confundamos, la dislexia parece que sea un mal, una enfermedad, cuando no lo es.
Estamos preocupados gastando dinero, esfuerzo, tiempo en poner remedio a esto y no potenciamos los aspectos positivos del disléxico.
Aspectos hay muchos, si tuviésemos que hacer un perfil del Ser Humano disléxico, todos hablaríamos de una sensibilidad especial, sensibilidad que tiene buen desarrollo en el arte, en la inventiva. Otros aspectos serían, por ejemplo, una baja tolerancia al fracaso, que en ocasiones, y repito, en ocasiones predispone al disléxico a un alto nivel de exigencia.
Según algún profesional los disléxicos tienen un alto concepto de la justicia y aquí es donde quería yo llegar.
Me indigna oir que en Irán existen una serie de personas, 12 concretamente, condenadas a muerte por ahorcamiento debido entre otros delitos la homosexualidad. ¡¡Qué barbaridad Dios mío!!
Esto es demasiado para mi inteligencia y para mi corazón.
No deseo ser frívolo, e insisto en que me duele el alma pero es que aquí, en España, en los colegios e institutos, o en la mayoría de ellos, pasan de los problemas que tienen nuestros hijos en el medio académico por ser disléxicos. Esto también es una condena.
Me gustaría activar la dislexia potenciarla, pasar de letras y de números, si pasar de letras y de números he dicho y darle a la justicia el valor que se merece pues sin justicia ¿dónde queda el resto?
P.D. Observad que en castellano la palabra Dios se escribe siempre con mayúsculas, la palabra justicia no.
martes, 24 de julio de 2007
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