Menuda mierda, llevo toda mi vida escribiendo mal la palabra cáncer (y otras muchas más), sin tilde, y ahora que la tengo controlada, me doy cuenta que si entras en Internet y escribes la palabra Ámbar, que posee la misma regla ortográfica, aparece en un 90% o un 95 % mal escrita.
Este comentario viene por un viaje a Albarracín, provincia de Teruel, en el que he ido con un grupo de amigos moteros. La verdad es que este grupo tiene fama de cervecero y asi fue que al llegar todos pedimos cerveza, la cerveza Ámbar, de La Zaragozana, S.A. pero horror escrita sin acento.
No me gusta la cerveza estandar española, me parece amarga e insípida, además de que te llena el cuerpo de gases... y te dan ganas de mear.
Este comentario viene por un viaje a Albarracín, provincia de Teruel, en el que he ido con un grupo de amigos moteros. La verdad es que este grupo tiene fama de cervecero y asi fue que al llegar todos pedimos cerveza, la cerveza Ámbar, de La Zaragozana, S.A. pero horror escrita sin acento.
No me gusta la cerveza estandar española, me parece amarga e insípida, además de que te llena el cuerpo de gases... y te dan ganas de mear.
Si buscas en Internet una "guía" o referencia para ver si las palabras que escribes son correctas, no te fies demasiado.
2 comentarios:
Hola, Manuel. He llegado hoy a tu blog un poco por casualidad y me está gustando mucho.
Con interné está pasando como con la tele: lo que sale en la tele es automáticamente verdad y lo que lees en internet es automáticamente científico y bien documentado. Por eso yo, cuando navego, compruebo mis dudas ortográficas directamente en www.rae.es. Al final es una de mis páginas más visitadas...
Un saludo
Te agradezco mucho tu intervención. La verdad es que acaba siendo el único alimento para aquellas personas que escribimos, o mejor dicho que lo intentamos, ya que habras visto todas mis dificultades si has leído un par de post de los de este Blog.
Tu Blog me he resultado curioso, en el que se dice "yo leo". Yo también, pese a todo, ya que es un patrimonio exclusivo, de esos que nadie puede hacer por uno mismo. Claro que en ningún caso me refiero a la acción de escuchar, sino a la de leer.
Pudo más la imaginación que la dislexia. Incluso hoy día mi hijo disléxico me corrige cuando al escribir la palabra héroe la escribo sin hache.
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