Herramientas.

Yo soy muy exceptico respecto a que las nuevas tecnologías sean un avance para las personas disléxicas. Piesnso que se pueden utilizar herramientas, todas, y todas serán útiles en función de si cumplen o cubren los objetivos propuestos, pero esto, es independiente de si son nuevas, o viejas, las herramientas a usar.

Más información tendremos cuando un programa informático se guarda los aciertos y los fallo, y los compara, y los distribuye, y los relativiza... y un largo etc. con una rapidez de mil demonios pero... en muchas ocasioens no es tan necesario.

Una sonrisa que eleve nuestra autoestima, quiza sea mucho más relevante que el uso de fichas, técnicas, programas y demás.

La voluntad de que la dislexia no sea un problemas no es algo cosustancial al alumno, o al programa, o a la herramienta en general, es algo inherente al profesor/tutor, es decir al conductor del proceso de aprendizaje. Menuda responsabilidad.

Un progrma que nos enseñe a leer y a discriminar caracteres en una pantalla, no nos está enseñando a escribir; de momento, aunque si existen tablets electrónicos que podrían hacerlo... pero es mucho más costoso de lo que pensamos.

La mayoría de herramientes se quedan cortas. Ayudan y ecplican sólo una vertiente del problema dislexia, que es el de no leer y escribir adecuadamente.

No será más interesante concentrarse en contenidos y como se adquieren, y no dar tanta importancia a la caligrafía, la ortografía, etc. área en la que pese a la reeducación siempre va a ser un problema para nosotros.

Odio los programas de autoayuda para aprender a poner "G" en lugar de "J", los odio profundamente...

Por contra, y esto me acaba de llegar a la mente nada más cerrar el comentario, hecho de menos a Teresa, una profesora que tuve que se dedicaba a Literatura Española... joder como la hecho de menos.