Nuevamente el Sr.Stuttgar, ese imbécil enemigo imaginario.

Hace ya tiempo escribí sobre él, sobre el Sr. Stuttgar... y también sobre el Sr. Einstein, pero claro, no tiene nada que ver el uno con el otro.

Atended... no es una locura más de mi dislexia, no es una cuestión baladí o superficial pero... es que estamos asistiendo con el puñetero tema de la dislexia, a barbaridades de todo tipo, y no sólo dichas por gente a la que se le puede tolerar dadas sus espectativas y conocimientos, también asistimos a muchos comentarios que, esas otras personas con cierta responsabilidad dicen. Y no son nada correctos.

Leí en El País una magnífica noticia sobre el cerebro de Albert Einstein, y en ningún caso, pese a que el periodista insiste en que fue un fenómeno poco habitual, en ningún caso, alude al tema tratado, desde esa perspectiva negativista a la que muchos tienen tanta afición y a la que a tantos agrada, y de la que se extrae que el matemático fue disléxico.

Si tantas dificultades tenemos para determinar la dislexia de nuestros niños, ¿cómo nos atrevemos a decir que este hombre fue disléxico sin más? Y me da lo mismo que lo diga Juana, la mamá de Pepito, o que lo diga el Profesor Dr. Stuttgar, ese imbécil.

Lo vemos en múltiples páginas Web, en comentarios de otros disléxicos, en trabajos más o menos serios, en "ejercicios" divulgativos... y, etc.

En todo caso, yo no sé si lo fue o no, pero me da lo mismo... no me soluciona nada, todo lo contrario, anima a muchos papás y mamás a incubar esa falsa idea de que el niño, gracias a que es algo inteligente llegará, pero la cuestión es que no, que no llegará más allá de donde deba llegar, será en todo caso un fracaso más de nuestro sistema educativo si no actuamos de forma seria.

No alimentemos falsas esperanzas, no digamos nada sobre aquello que no sabemos, no utilicemos términos que no son correctos, aunque a la larga nos gustaría que si lo fuesen. Tengamos un mínimo de rigor, tengamos un poco de vergüenza, una vez más.