domingo, 27 de enero de 2013

La ligereza de la dislexia.


Hay personas, que se toman los problemas de aprendizaje muy a la ligera. Quizá demasiado a la ligera...

Una profesora (con nombre y apellidos), comentaba de un alumno que para ser disléxico no lo hacía tan mal en algunas asignaturas. Que si se estaba curando de la dislexia.

Es para pegarle una patada en toda su "cosa" y ver si le duele o no. No se puede ser más torpe, ni más ignorante ni más mal educada.

Además de la falta de conocimiento, hay en la mayoría de personas una gran falta de sensibilidad respecto a nuestro problema. ¿Le diríamos a una persona con cáncer lo mismo? Supongo que no, o por ejemplo ¿le preguntaríamos a un homosexual por su enfermedad, siendo que es tan respetable ser homosexual como heterosexual, y siendo que todo lo concerniente al ser humano depende de otras cuestiones infinitamente más importantes y relacionadas con la justicia, la humanidad y la bondad sin que se puedan tener en cuenta cuestiones como la orientación sexual?.

No podemos permitir que se den este tipo de insultos, igual que aquel que escuchamos cuando alguien se enteró que éramos los papas de... ¡empanao, se queda empanao!. Hija de puta, gorda-bajita y sin cuello, además de ser fea y repugnante a la vista, eres de un imbécil mayúsculo. Pero en ese momento te callas, aunque se  te queda la heridita en el alma.

¿Cómo es posible que un docente, una persona dedicada a dirigir las vidas de otros, una persona implicada en el proceso de enseñanza-aprendizaje diga estas cosas? Es algo que tenemos que cambiar. No podemos seguir tratando la dislexia tan a la ligera.

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