viernes, 25 de enero de 2008

Hills and Dales o La marcha del elfo.


Me daban la noticia mientras con mi viola practicaba, y sonaba Hills and Dales. Me molesta mucho que me interrumpan cuando toco pero en este caso estaba justificado. “…que se lo deja, que está harto de zancadillas… lee tú el correo…”

Pues no me extraña, con tanta mierda, que se lo deje. Me he sentido como cuando en el Señor de los Anillos los elfos parten para otras tierras desde los puertos grises.

Vaya, se marcha el elfo, la verdad es que me ha dolido pero como supongo que no va a dar resultado que le insista en que no lo haga, que le necesitamos, mejor no le digo nada. Además no es un niño, no tiene 15 años. Es un hombre inteligente y lo demuestra con lo que hace. Sería una falta de respeto por mi parte.

De todos modos, si encuentro el momento se lo diré, hombre, quizá estemos aquí para balancear un poco la cuestión, que sepan estos malditos orcos que les plantamos cara, pies y manos, mano izquierda y mano derecha, claro… (cuestiones de política).

Respecto a su legado, ha sido más importante de lo que él mismo se imagina. Las cosas bien construidas duran incluso ante orcos, trasgos, huargos y demás seres de la Tierra de Mordor.

En cuanto a su advertencia, si lo se… De todos modos ella tiene nuestro apoyo, al menos moral, y no debido a que sea más guapa o más alta, es que es más justa y correcta, y además no vende nada, sólo hace lo que Dios manda y eso es suficiente.

Parece una historia como las escritas por Tolkien, o como las de Ursula K. LeGuin, que de “épica fantástica” también sabía un rato pero no es una historia ireal, por muy fantástica que parezca.

La dislexia está en peligro, la dislexia, o el sentido común. Dios nos pille confesados.

2 comentarios:

Jambo Bwana dijo...

Me has emocionado, ¡capullo!

Anónimo dijo...

¡Eres genial, Manolito!
Anita