jueves, 5 de septiembre de 2013

Huyendo del término...


El rector de la Universitat de València dice: en la Universitat no nos gusta el término discapacitado para referirnos a las personas con diversidad funcional. Yo mismo, humildemente, he planteado en algún foro, e incluso en la propia Universidad, que no observo personas con discapacidad, sino gente con unas circunstancias personales diversas.

Si un hombre como Esteban Morcillo dice esto ante una sala llena de gente con la contundencia y la sencillez con la que lo expresa, ¿vamos a quedar quietos ante la barbaridad del uso del término trastorno o enfermedad para referirse a personas que poseen una dificultad específica de aprendizaje en el ámbito de la lecto-escritura?

Se habla cada vez más de que hay que tratar a personas con discapacidad y no a discapacitados. Se trata de ver a personas con disléxia y no a disléxicos... y desde luego menos todavía a personas con trastorno o emfermos mentales.

En los hospitales, las parturientas no son enfermas, en todo caso sería pacientes creo, por lo tanto no necesariamente se tratan enfermedades en el ámbito médico, también se intenta mejorar nuestro modo de vida a través del conocimiento físico del ser humano.

Observemos la dirección de los movimientos de la sociaedad y seamos un poco inteligentes. Si lo que buscamos es la integración y la igualdad, la justicia, ¿como vamos a permitirnos términos peyorativos contra nosotros mismos, nuestros niños, nuestros alumnos, nuestros clientes, y en fin a quien es objeto de todo nuestro esfuerzo?

La tendencia señores y señoras, es utilizar un lenjuaje digno y claro, que trate de forma adecuada a las personas y a sus circunstancias físicas o intelectuales, y no a aquello que siempre hemos tenido presente como disminuido, trastornado, discapacitado. Tenemos que avanzar...  el siglo XIX, ya hace un siglo que pasó.

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